Los destellos del Expediente de Regulación de Empleo están dando sus resultados, impedirnos ver que también se está negociando un nuevo Convenio Colectivo. La atención de la plantilla se distrae con la incertidumbre provocada por la falta de información que, tanto empresa como sus sindicatos socios CC.OO y UGT, mantienen sobre el futuro de más de 5.000 trabajadores y trabajadoras amenazados con el despido. Y, tras el telón, se negocian las condiciones laborales de más de 10.000 trabajadores y trabajadoras que nos mantendremos firmes defendiendo nuestro puesto de trabajo. 

Pero ese es el triste papel que les toca ejercer a los socios minoritarios de Fonditel si pretenden mantener sus privilegios, hacer de titiriteros simulando bastonazos por parte del patrón malísimo con el que tienen que enfrentarse. Y mientras en sus asambleas tratan de meternos el miedo en el cuerpo, como si fuéramos pequeñas criaturas, en sus sedes cuentan el dinero recaudado mientras echan números de lo que les reportará el ERE y el III Convenio de Empresas Vinculadas en Telefónica. 

El ERE y el III CEV están íntimamente relacionados y por eso se negocian simultáneamente. Y quienes lo negocian saben perfectamente que su rentabilidad también está ligada. La aceptación del ERE por la plantilla será mayor en la medida en que el CEV se firme con peores condiciones laborales. Una arrastrará a la otra y, por tanto, si lo que pretenden es empujar a la plantilla a abandonar la empresa tan solo tienen que ir desgranando la información sobre las dificultades que van surgiendo en la negociación del CEV. Y de sobra es conocido que empresa, CCOO y UGT están de acuerdo en que “la plantilla está sobredimensionada”. Por tanto, que no nos vengan con sandeces de que el acuerdo sobre el ERE estará condicionado a una mejora del Convenio Colectivo. 

Para Alternativa Sindical de Clase son tres los elementos que un sindicato de clase debe pelear en la negociación de un convenio: la mejora de las condiciones laborales, la mejora del poder adquisitivo y la creación de empleo de calidad. Por tanto, un buen Convenio Colectivo es incompatible con la destrucción de empleo, como CCOO y UGT tratan infructuosamente de combinar para quedar bien con quien les paga y con quienes dicen representar. Afortunadamente, la clase trabajadora, algún día, pondrá en su lugar a estas organizaciones que hacen del pacto social su forma de vida. 

Además, este sindicato siempre ha defendido que durante la negociación de los Convenios se debe informar a la plantilla convocando asambleas, tal como se recoge en el Estatuto de los Trabajadores; que el Convenio debe ser un documento cerrado durante toda su vigencia y, por tanto, se deben eliminar las Mesas de Negociación Permanente para que no se pueda modificar nada fuera de la Negociación Colectiva; que deberían estar presentes todas las fuerzas sindicales presentes en los Comités Provinciales; y, por encima de cualquier otra consideración, que se debe realizar un referéndum o consulta previa a la firma al conjunto de la plantilla. 

Nada de esto sucederá porque estos agentes sociales, que dicen estar contra la externalización de la actividad, tienen externalizada su propia actividad sindical, dejando en manos de gabinetes “especializados” la negociación de nuestras condiciones laborales. Personajes liberados que no han pisado en su vida el puesto de trabajo y que dicen actuar en nuestro nombre. 

Un engaño en toda regla de quienes se dedican a vendernos en las asambleas que tienen información de primera mano sobre las negociaciones, sabedores del ridículo que transmiten y del papel de segundones que ejercen en su organización. Presentes en los Comités de Empresa para desactivarlos y despojarlos de su verdadero cometido que no es otro que organizar a la clase trabajadora para enfrentarse a la patronal y no para convertirlos en un departamento más de Recursos Humanos donde se ocupan de los problemas de los trabajadores/as. 

La negociación de la destrucción de empleo justificará la merma de nuestras condiciones laborales si la plantilla no se organiza en torno a un sindicato que esté dispuesto a dar la pelea. Y en Alternativa Sindical de Clase estamos preparados para darla: 

En primer lugar, poniendo sobre la mesa nuestras denuncias: 

• Telefónica es un negocio que se lo están repartiendo entre los grandes accionistas. 

• Han desvalijado la empresa vendiendo su patrimonio. Han aumentado sus cotas de ganancia reduciendo costes laborales reduciendo plantilla con PSIs y EREs y desviando la actividad a la precariedad más absoluta. 

• Están poniendo en peligro nuestros puestos de trabajo, la prestación de servicios públicos y el futuro de nuestras pensiones. 

En segundo lugar, proponiendo nuestras alternativas: 

• Recuperar la actividad incluyendo en el mismo Convenio Colectivo a todas las trabajadoras y trabajadores procedentes de las contratas, alrededor de 100.000 con salarios de miseria, que no llegan a fin de mes incluso trabajando 12/14 horas diarias y prácticamente sin derechos. 

• El contrato de relevo como medida para la salida digna de los trabajadores/as de más edad y la entrada de jóvenes trabajadores/as que garanticen la continuidad de la empresa. 

• Actualizaciones salariales que mejoren nuestro poder adquisitivo. 

• Renacionalización de la empresa como garantía única que nuestras condiciones laborales y la prestación de un servicio universal y de calidad. 

Pero esto solo será posible con la movilización de la plantilla ante la voracidad de la empresa que sabe que cada puesto de trabajo destruido, con ERE o con PSI, le proporciona 3 trabajadores/as precarios, y la traición continuada de quienes deberían defender nuestros derechos en las Mesas de Negociación, CC.OO y UGT, socios de la empresa, e indispensables para que se pueda consumar la destrucción de miles de puestos de trabajo, mientras la empresa sigue ganando miles de millones. 

Desde Alternativa Sindical de Clase llamamos a las plantillas de Telefónica Fija, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones a movilizarse el próximo miércoles, 13 de diciembre, a las 11 de la mañana, concentrándonos en las puertas de los centros de trabajo, de todas las ciudades del Estado, contra de la destrucción de empleo y por un convenio colectivo que mejore nuestras condiciones laborales. 

Y anunciamos que se va a proceder ante la autoridad laboral a convocar una jornada de huelga para la semana siguiente con las mismas reivindicaciones. 

No podemos poner en riesgo nuestro futuro y el de nuestras familias, no podemos poner en riesgo la prestación de servicios públicos ni nuestras pensiones, no podemos poner en riesgo el futuro laboral de los trabajadores y trabajadoras más jóvenes. No podemos ser cómplices, o simplemente permanecer pasivos, ante tamaña barbaridad, que solo servirá para enriquecer a los de siempre, la burguesía y el capital representados una vez más por Telefónica, y aumentar la precariedad entre la clase obrera. Hemos conocido que la tasa de pobreza infantil de España se sitúa en un 28%, una de las más altas de la UE, y esa pobreza la sufren los hijos e hijas de los trabajadores/as precarios, no los de la burguesía. 

No podemos dejar un mundo laboral peor que el que nos encontramos.